Sociología

Los arraigados son un grupo de clase trabajadora, con bajos niveles de educación y religiosos.

Los arraigados son uno de los clusters de clase trabajadora de España: tienen bajos niveles de educación y 84% de ellos tienen ingresos inferiores a 2.000 euros al mes. Es un cluster compuesto principalmente por trabajadores: el 73% tiene entre 25 y 64 años. Además, el 48% de los arraigados son obreros  o empleados. Una característica particular de los arraigados es que son creyentes.

Hay muchos arraigados en Castilla y León, Aragón y Extremadura.

Además, los arraigados representan el 4% de la población española.

Sistema de opiniones

Los arraigados son antiecologistas, pro-orden, pro-monarquía, pro-redistribución y pro-status-quo en lo que respecta a los nacionalismos periféricos.

Lo que caracteriza sobre todo a los arraigados es su rechazo al cambio, ya sea progresista o reaccionario. Bastante hostiles a las tesis ecologistas, no quieren reducir de 10 km/h la velocidad en las autopistas españolas y son muy partidarios de apoyar la industria petrolera siempre que contribuya a crear empleo.

Están apegados al orden, a la autoridad y a tradiciones como la corrida. La monarquía no es un problema para ellos, a diferencia de los inmigrantes. Aunque son bastante progresistas en cuestiones sociales, están divididos en su relación con la Iglesia católica. En materia económica, son más bien partidarios de la redistribución, mientras que están divididos sobre los servicios públicos o la fiscalidad del capital.

Por último, aunque defienden el modelo territorial de las autonomías regionales, se encuentran entre los más firmes opositores a un referéndum pactado sobre la independencia de Cataluña.

Orientaciones y temas electorales

Los arraigados están en la encrucijada entre izquierda y derecha.

Los arraigados forman parte de los grupos relativamente poco políticos politizados de la sociedad española, pero suelen participar en las elecciones.

Votan mayoritariamente a los partidos tradicionales y, en particular, al PSOE-PSC. En 2019, el 36% de ellos votó al PSOE-PSC, mientras que el 35% votó al PP. Desconfían de ofertas radicales como Podemos o Vox, a las que dan pocos votos, probablemente porque las perciben como aventuras que amenazan el statu quo que valoran.